Las personas con Trastornos de Espectro Autista (TEA) suelen disfrutar del uso de la tecnología. Los videojuegos, ya sean en forma de ordenador, consola, dispositivos móviles u otros medios, pueden aportar mucho en su educación, ocio e integración social, especialmente en el caso de los niños.
Videojuegos sencillos pueden enseñar a respetar los turnos, una habilidad de comunicación básica, y pueden proporcionar una situación social en la que el niño juega al ordenador con otro, habla sobre el juego, etc.
Un beneficio añadido es que los videojuegos son aceptados socialmente por los compañeros de grupo y hace más fácil entablar conversación, según Demarest. También Murray y Lesser señalan que el uso de ordenadores puede fomentar la conciencia de uno mismo y de otros –a través del proceso de causa y efecto que cada usuario genera-, incrementar la cooperación y promover un deseo de “mostrar” lo que uno ha hecho.
Este tipo de juegos también puede servir para romper el hielo y permitir que los niños se acostumbren a gente nueva o a trabajar con sus compañeros en un entorno amigable; se pueden usar para enseñar a “jugar” modelando cómo pedir un turno, pedir ayuda, saber perder y saber ganar, etc. Se puede dar el caso de que un juego en particular posibilite el jugar con otras versiones de juegos similares con los mismos compañeros lejos del ordenador o la consola.
Aunque el potencial de los juegos de ordenador para niños con TEA parece estar claro, el tipo de juegos que les gusta podría ser distinto a los que les gusta a los niños de desarrollo típico. Lehman observó, mediante el uso de un cuestionario, que estos últimos disfrutan de la aleatoriedad de un juego y su apariencia, la competición es un factor motivante y aprecian la posibilidad de cooperar y de tener muchos niveles. En cambio, los niños con TEA disfrutan más de:
- efectos visuales
- riqueza de detalles
- la combinación de información textual y sonora,
- algunos juegos educativos que requería una gran velocidad de respuesta
- material muy factual o de alguna temática muy concreta
- ni tampoco por juegos de fantasía o role-play
- la música y los efectos sonoros
- la presencia de personajes-guía animados
- los juegos controlados por el niño
¿Y el aislamiento social?
Teniendo en cuenta que una de las preocupaciones principales sobre el uso de ordenadores por niños con TEA es que éste contribuya a su aislamiento social, es necesario señalar que, según el estudio de Lehman, ambos grupos utilizan los ordenadores como una actividad eminentemente individual, a pesar de que también indicaron una preferencia por jugar con otros.
Por otro lado, a la hora de analizar una situación de juego para ver si se está dando una adecuada interacción social es preciso tener en cuenta algunas consideraciones: tanto los niños con autismo como los de desarrollo típico, cuando están frente a una pantalla -especialmente si están jugando-, encuentran muy difícil apartar la mirada para dirigirla al compañero de juegos y establecer contacto visual. Esto no quiere decir que no sean conscientes de que el compañero está al lado, ni es obstáculo para que realicen comentarios dirigidos al otro, sobre la partida.
Aunque no hay una fórmula mágica para evitar el aislamiento, sí que se puede intentar algunas medidas preventivas:
- fomentar siempre que sea posible el juego con uno o más compañeros
- aprovechar para ‘negociar’ el juego y el número de partidas, preocupándose de las preferencias del otro, aceptando que no siempre se obtiene ‘todo’ lo que se quiere
- aprovechar el desarrollo del juego para ‘modelar’ comportamientos específicos: saber perder, respetar turnos, etc.
- permitir el juego como premio a un esfuerzo en interacción social (aplicar bien una determinada norma social, jugar con otros, etc…)
- fomentar el uso de juegos con contenido de habilidades sociales (ej. los Sims, juegos específicos, etc)
- limitar y controlar el uso
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